domingo, 28 de noviembre de 2010

L@S HIJ@S DE LAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO

En las últimas décadas el problema de la violencia intrafamiliar hacia las mujeres ha acaparado el interés de un buen número de investigadoras e investigadores que han centrado sus estudios en las repercusiones que este comportamiento de los agresores tiene sobre la salud física y psicológica de sus víctimas. De ahí el gran número de publicaciones recientes que sobre los más variados aspectos de las consecuencias de la violencia hacia las mujeres han aparecido tanto a nivel nacional como internacional.
Sin embargo, son mucho más escasos los estudios sistemáticos en los que se analiza el impacto que este tipo de violencia tiene sobre las niñas y niños que viven en estos hogares y que, generalmente, comparten estas situaciones de violencia –directa o indirecta- con sus madres, o aquellas figuras femeninas que desempeñan el rol de madres. En estos casos, a la ya compleja problemática que supone ser víctima de agresiones –de tipo físico y verbal- en la edad adulta habría que añadir las tremendas repercusiones negativas que vivir este tipo de situaciones tienen sobre el desarrollo de los miembros más jóvenes de la familia. Repercusiones que se manifiestan en todas y cada una de las esferas del desarrollo humano: físico, cognitivo, afectivo, social y emocional; y que se interrelacionan mutuamente para producir importantes problemas en los sujetos que las padecen.

LAS CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR EN LAS NIÑAS Y NIÑOS
Resulta muy complicado hablar, en general, de consecuencias de la violencia intrafamiliar en el desarrollo psicológico y en la integración escolar de los niños y niñas. La razón es que existen un montón de variables cuya influencia puede afectar, y de hecho afecta, a dichas consecuencias.
Entre estas variables habría que señalar, básicamente, las siguientes: la mayor o menor cantidad de tiempo que el niño o la niña estén expuestos a las situaciones violentas; el tipo de violencia que sufren: física, emocional, directa, indirecta, etc.; la edad del menor que se encuentra expuesto a las situaciones de violencia intrafamiliar; la relación del agresor con la víctima, y por tanto con la “víctima invisible” –que es como se denomina en muchos casos a las hijas e hijos de parejas donde la mujer es vícitma de malos tratos-; la posibilidad de recibir, o no, ayuda especializada.
Todas estas variables, y algunas otras derivadas de ellas, hacen que las consecuencias sean más o menos graves. No obstante, y a pesar de las dificultades existentes, se puede hacer una caracterización más o menos general de las consecuencias que vivir en un entorno familiar violento tiene para el desarrollo psicológico de sus miembros más jóvenes.

Características del desarrollo psicológico de las niñas y niños víctimas de violencia intrafamiliar 

Desarrollo social • Dificultades de interacción social
                          • Problemas de agresividad
                          • Problemas de inhibición
                          • Dificultades para interpretar las claves sociales
                          • Falta de habilidades de resolución de problemas sociales
                          • Tendencia a interpretar de forma hostil la conducta de los otros 

Desarrollo emocional   • Falta de empatía
                                   • Dificultades para expresar y comprender emociones, tanto propias como ajenas
                                   • Problemas de autocontrol de la propia conducta

Desarrollo cognitivo     • Baja autoestima
                                   • Indefensión aprendida
                                   • Tendencia a no enfrentarse a nuevas tareas por miedo al fracaso y/ a la frustración
                                   • Problemas de egocentrismo cognitivo y social
                                  • Juicios morales heterónomos: más permisivos con sus transgresiones que con las
                                     de los demás

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